Como sitio de memoria, y desde la experiencia del campo de concentración Estadio Nacional, tenemos el deber de aportar a la educación de la ciudadanía en esta materia y en derechos humanos, con el objetivo de colaborar de manera significativa en la consolidación de una sociedad democrática.
Nuestra sociedad precisa enfrentar y ocuparse de su pasado reciente para restablecer una democracia legítima y sólida. Es un trabajo muy necesario en la actualidad ya que, tras la revuelta de octubre de 2019, hemos vuelto a vivenciar muchas de las atrocidades que como pueblo sufrimos en la dictadura cívico militar.
Asimismo, ante el escenario del proceso inédito de construcción de una nueva Constitución, se hace imprescindible la historicidad en el “presente” a través de la educación en derechos humanos, dado que la educación es un vehículo que nos permite que las personas podamos conocer, defender y ejercer nuestros derechos y los de todas las personas, como una práctica mediadora y transformadora de la sociedad.